2.1. El anarquismo pacifista

El anarquismo pacifista o anarcopacifismo es el movimiento anarquista que rechaza cualquier forma de violencia, tanto la proveniente del Estado como la que proviene de las luchas entre fuerzas sociales, promoviendo el pacifismo y la no violencia.
Históricamente el anarquismo se ha entendido como una lucha social que justificaba cualquier medio, incluyendo la violencia, para eliminar cualquier tipo de jerarquía social. De hecho es a veces difícil separar en muchos ámbitos y discursos los términos anarquista y terrorista, debido a la identificación entre ambos conceptos derivada de los hechos acaecidos a principios del siglo XX, en los que algunos individuos anarquistas provocaron atentados magnicidas (véase propaganda por el hecho).
Sin embargo, en el ideal anarquista el único principio claro es el de que no debe existir jerarquía alguna, de forma que ningún ser humano pueda ejercer relaciones de dominación sobre otros. En este contexto, y con el fin de separar este principio u objetivo, de los medios para conseguirlo, el anarquista pacifista propone el rechazo total a la violencia sin renunciar a la desaparición efectiva de algunos de los poderes: aquellos que no entran en contradicción con el principio enunciado.
Es muy complicado hablar sobre cómo se organizaría una sociedad anarquista-pacifista porque realmente el anarcopacifismo, como casi todas las ramas del anarquismo, se considera de organización abierta, es decir, se supone que el modo de administrar recursos y dilemas se daría a voluntad de la población que aplicase un sistema de organización antiestatista basandose en un principio de federalismo (autodeterminación territorial) y autodeterminación política (decidiendo democráticamente el modo de gestión), por lo que resulta imposible determinar la forma en la que se gestionará una sociedad anarquista. En el caso de que el anarquismo, ya sea anarquismo pacifista o socialista libertario, se basase en un modo claro de organización a imponer al pueblo tras la Revolución Social se chocaría con el antiautoritarismo porque se mutilaría la voluntad de los individuos para organizarse según crean oportuno. Ésto, junto con el uso de la violencia para el logro de fines políticos, es clave para entender la crítica anarcopacifista al marxismo y, sobre todo, al marxismo leninista, aunque éstas teorías clásicas proclamen también la democracia desde abajo.
Aún así la mayoría de los anarcopacifistas coinciden en una serie de bases. Así, el anarquismo pacifista generalmente consiente en la existencia de ciertas leyes, de jueces (como personas conocedores de la ley que facilitan su aplicación y sin un estatus de funcionariado, ya que no se perpetua el Estado), del concepto de delito o de economía autogestiva. Sin embargo discrepa en cuanto a quién debe hacer estas leyes, pues desde el ideal anarquista y de la acción directa, no debe haber personas o entidades que monopolicen o controlen dicho poder. Es decir el anarcopacifista cree que no debe haber políticos, parlamentos o gobiernos, sino que las leyes deben emanar del pueblo según un esquema de "una persona un voto".
Los medios que propone el anarquismo pacifista moderno se basan en la consulta constante a la sociedad, la participación plena de todos los individuos que lo deseen en cualquier toma de decisiones políticas que les afecten, la eliminación de representantes o intermediarios entre el pueblo y el poder legislativo, y la recuperación del sentido correcto de la palabra "política" en su significado etimológico de "participación ciudadana". Actualmente muchos anarcopacifistas coinciden en que las nuevas tecnologías, como Internet, pueden servir de ayuda al avance de la democracia gracias a la posibilidad de aplicar sistemas como el de la democracia líquida.
El auge de las modernas redes de comunicación ha rescatado a principios del siglo XXI el ideal anarquista del ostracismo al que fue sometido por su identificación con el terrorismo magnicida, y le ha dado una nueva dimensión en la que anarquía es sinónimo de igualdad y libertad, en lugar de ser identificada automáticamente con la violencia.
Uno de los líderes sociales que defendieron a mediados del siglo XX esta forma de ideal anarquista, basado en la no violencia activa, fue Gandhi, cuya acción en contra del imperialismo británico en la India desembocó en la independencia de este país.

  ©Template by Dicas Blogger.